Tengo la suerte de tener una hermana, que además de compartir lazos sanguíneos, es mi amiga más cercana. Quién tenga hermanos (y sobre todo si es el hermano mayor) sabe la gran responsabilidad que conlleva, en mi caso podría decirse que prácticamente es la piedra angular de mi personalidad. Mi hermana nació casi 4 años después de mi. Mi reinado como hija única termino un viernes de marzo cuando recayó en mi el cargo de hermana mayor y desde entonces nada volvió a ser igual. No me acuerdo del momento en el que me notificaron de mi ascenso, pero imagino que me sentí como una reina destronada. Esos años yo había acaparado la atención de padres, abuelos y tíos; y sin previo aviso, tuve que pasar a compartir habitación y Barbies. Durante muchos años, mi hermana y yo fuimos prácticamente enemigas. Todos mis amigas y primas se acuerdan de cómo nos peleábamos. Nadie puede odiarte y quererte más fuerte que un hermano. Todas ellas me decían que algún día seríamos uña y carne. Yo lo veía muy improbable, pero la profecía se cumplió.
No hay nadie que me conozca mejor que mi hermana. Ni yo a ella. Reconozco sus pasos por la casa, su respiración cuando se ha dormido, su tono de voz cuando le apetece hablar y cuando no, su estrofa favorita en una canción y lo que se pediría en un restaurante. Hemos generado una conexión y la habilidad de entender lo que piensa la otra solo con mirarnos. En ocasiones, N. hace de hermana mayor, me escucha y me aconseja y como digo yo es wise beyond her years. En unos días N. cumple 21 años y por su mayoría de edad global quería regarle 21 consejos.
La frase que más me he repetido en los últimos tiempos: “si le gustas a alguien lo sabrás, si no estarás confundida”. A veces me lo digo a mi misma como un mantra.
No te toques la cara, y sobre todo, nunca antes de una cita.
La mayoría de preocupaciones que tengas, seguramente no pasen (y tiene gracia que lo diga yo). Sufrir por escenarios ficticios que no han sucedido es pasarlo mal dos veces, cuando lo estás pensando y si llegas vivirlo. He llegado a la conclusión de que es imposible controlar todos las ramificaciones de la vida y que en un momento dado, hay que dejarse llevar.
Escribe diarios (en tu caso más bien, sigue escribiendo diarios).
En el día de tu cumpleaños guarda un hueco para estar con tus padres. También es su día.
Es mejor comprarse algo de la marca original que cuatro réplicas que acaben saliendo mal. A mi me ha costado darme cuenta 3 fake Barbours y 2 fake Birkenstock.
Lo barato siempre sale caro, y es más cierto aún en el caso de bolsas de basura, sartenes, auriculares y vuelos con Ryanair.
Nunca merece la pena el sushi de aeropuerto ni de supermercado ni las patatas fritas con sabor a trufa.
Si puedes, di que sí todos los planes que te ofrezcan. Nunca vas a recordar un día como el día que dormiste unas horas más. A lo mejor conoces a alguien con el haces clic de por vida y lo peor que puede pasar es que si te cojas un taxi a casa unas horas más tarde.
Si algo he aprendido estos años es que, realmente, los novios van y vienen, pero las amigas no.
El otro día en Twitter vi esta frase: “toda declaración de amor es urgente porque mañana es lunes”. Vale para todo.
La guerra contra el envejecimiento de los jerseys es una guerra perdida, al igual que la batalla por encontrar unos vaqueros perfectos.
En la mayoría de casos, la intuición no falla. Fíate de ti misma. Si tienes un pálpito por algo no lo dudes. Por ejemplo, yo ignoré que a una persona que me gustaba no le gustaban los conciertos. El final ya te lo sabes.
Si alguien se toma unos minutos para felicitarte, tómate unos minutos para responderle.
Si a tus amigos no les gusta la persona con la que estás, seguramente no sea la persona con la que deberías estar.
Siempre te arrepientes de recenar un Burger King y nunca de haber ido al gimnasio. Y si puedo añadir, ve al gimnasio los lunes, así llevarás 1/1 de la semana habiendo ido.
La vida es tremendamente larga y el mundo da infinitas vueltas, nunca sabes dónde vas a encontrarte a qué persona ni dónde ni cuándo. La gente recuerda las sensaciones que dejas en ellas.
Aplica tanto a felicitaciones como a tarjetas de agradecimiento: si el mensaje no es personal vale lo mismo que no decir nada.
No necesitas un psicólogo para vivir mejor, pero a veces indagar en tu pasado y en tu forma de ser con un profesional es una forma liberadora de encontrarse. Tampoco necesitas una vidente para que te de tranquilidad sobre el futuro, pero cada uno elige dónde poner su dinero.
Invierte en comida y productos de calidad.
Las pequeñas cosas resultan siempre no ser tan pequeñas. Desde hacerte unas buenas tostadas para desayunar a un mensaje de un amigo mandándote una foto graciosa. Sé consciente de ellas, valóralas y si puedes, devuélvelas.
Tener una hermana es tan universal y al mismo tiempo una sentimiento tan extraño que tienes que vivirlo para entenderlo plenamente. Es una forma de amor tan concreta que teje una trama de complicidad y un sentido de pertenencia que perdura a lo largo de los capítulos de la vida.
Muchas felicidades N. ❤️
Hasta las próximas Tónicas,
Terrific P
Que suerte teneros N. y tú ❤️
Dicho esto, no estoy de acuerdo con la 16 jiji